Entrevista a Federico Bezenzette, ex alumno del Taller, que actuó en la película Carnal estrenada en 2010


Por Claudio Morales

Federico Bezenzette. Ex alumno del Colegio 19 promoción 1997. Cursó los primeros años de la carrera de comunicación en la UBA pero, su pasión por la actuación y la dirección de cine lo llevaron a adentrarse en el mundo audiovisual. Egresó de la Enerc (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica) en 2006, en las carreras de realización y dirección. En septiembre del año pasado, se estrenó la película Carnal dirigida por Fabián Forte, en el Espacio Incaa del barrio de Constitución, en la que Bezenzette tuvo uno de los roles más destacados en la actuación. Una película de género fantástico acerca de un encuentro casual entre dos parejas de jóvenes que quieren tener una noche de sexo y sólo obtienen una cruel y macabra experiencia digna de pesadilla. Conversación con el actor y director de cine.       

“Lo que estuvieron viendo fue Carnal, la versión norteamericana de una película muy independiente que hicimos en el 2003 con mis amigos, con mi productora, en el rol de actor y de productor. Estuvimos participando acá en una retrospectiva Fabián Fort, que es quien la dirigió, aquí en el Cine Arte Cinema de Constitución”. Consultado acerca de la temática del filme, Bezenzette comentó que “la película habla de dos amigos, dos compañeros de facultad que salen a buscar algo para comer y se encuentran con dos chicas. A partir de ahí lo que plantea la película es que esas dos chicas son dos monstruos, dos vampiros, que en principio uno no sabe bien de qué se trata”.

Acotó que “lo sexual se cruza porque está el deseo, hasta dónde serías capaz de llegar por tener sexo, y a partir de ahí la película se va poniendo más macabra, más densa y entrando en el terreno de lo que es, por un lado lo sexual, y por otro lado, el género bien de terror que está bien contado. Lo que tiene de bueno es que al ser independiente es muy cruda la peli y tiene como una fuerza, una violencia mucho más potente que una película de corte más comercial”.

¿Cuál es el balance que dejó su trabajo en la película? La pregunta fue respondida con alegría, “el balance que hago de esta película es que es una película que hicimos en 7 noches, en 7 jornadas, costó 600 pesos hacerla en su momento. Empezó a pasar por festivales, es una película que la hicimos más que nada para sacarnos el gusto, para despuntar el vicio”. Reforzó su idea con una definición tajante, “balance es muy positivo, me parece que es una película de 85 minutos, muy digna, que maneja muy bien los climas, que tiene falencias, que tiene cosas perfectibles, pero que tiene muchas cosas a favor y entre ellas es el clima, es esa sensación de verdad que tiene en todo el tiempo independientemente del presupuesto bajísimo”.

El filme presenta la temática del tráfico de órganos, una cuestión poco abordada por la pantalla grande aunque tampoco el medio televisivo se interesó demasiado, “en el 2002, cuando la grabamos no estaba tan en boga esta movida del tráfico de órganos ni la desaparición de personas. Si bien entra en el género, es una manera también de hablar de esos temas que a veces son bastante duros, difíciles de tocar”. Bezenzette explicó que “no es muy común que los aborde el cine, tampoco es muy común en el cine de género; sin embargo, muchas veces el cine de terror, el cine de ciencia ficción en sus orígenes era una manera que tenían muchos artistas de hablar de un entorno opresivo. Muchas veces era por dictadura, muchas veces por situaciones muy violentas. Esta película parece que se adelantó a la época, en su momento”.

La exhibición de Carnal generó fuertes expectativas en el actor-director de cine Federico Bezenzette, “la película es de 2003, siete años después que la hicimos verla en un cine está bueno, es la sensación de algo concreto. Lo que estuvo bueno fue que es en el marco de una retrospectiva, en el Espacio Incaa. El Incaa está abriendo el juego a otras ficciones que no sean una típica comedia o la típica película de autor argentina, sino que se está abriendo a jugar más con el género de terror. Hay millones de dólares de diferencia y de tiempo para empezarnos a acercar a una industria un poco más amplia y productiva. Creo que es un buen inicio, es una rendijita que se empieza abrir”.

El cierre de la nota a Bezenzette se dio en la forma de consejo a los adolescentes y jóvenes que piensan dedicarse al mundo del audiovisual, “tiene muchas facetas, uno tal vez piensa que actuar es solamente actuar en una película, hay miles de lugares donde actuar, hay miles de lugares donde filmar, hay miles de cosas que hacer. Si te gusta filmar entonces la bendita salida laboral que te machacan a los 17 años es otra mentira, salida laboral va a haber siempre que tengas ganas de laburar y hacer lo que te resulte inevitable hacer, me parece. Eso es lo que está bueno, hacer lo que uno no puede dejar de hacer, lo que uno quiere, lo mueve y lo moviliza. Me parece a mí que eso es lo más importante, después la plata va a llegar, hay miles de lugares, miles de formas en el audiovisual y en cualquier rubro de meter tu laburo, tu arte, tu estilo, de poder trabajar y de ganar una plata para poder progresar”. El abrazo final marcó el final de la entrevista mientras algunos espectadores aguardaban para darle el saludo tras la exhibición del filme Carnal.             

El cineasta Marco Berger compite en Berlín con la película Ausente, mientras que el ex Nacional 19 cosecha el aplauso del público y premios en festivales de cine con Plan B

Por Claudio Morales

Un ex alumno del Colegio 19 “Luis Pasteur” estrenó su ópera prima Plan B en la sala de cine del Malba, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. En julio del año pasado, se exhibió la película con un singular éxito de público y una crítica periodística que se rindió ante la propuesta artística del filme. Pasó de ser la película del mes del Malba a ser vista todos los fines de semana en los tres meses siguientes. Marco Berger presentó su obra de arte en 2009, en el marco del Bafici, el festival de cine independiente de la Ciudad de Buenos Aires de mayor repercusión en el país, y fue una de las películas más aplaudidas por los espectadores.

En el auditorio de la Cámara de Diputados de la Nación, el guionista y director Marco Berger se presentó ante el público junto a los actores protagónicos, Manuel Vignau y Lucas Ferraro. El Taller de Periodismo del ex Nacional 19 cubrió el evento, además de acompañar al ex alumno del taller que formara parte de la primera época entre los años 1993 y 1995. Tras la presentación, abrió el fuego el director y explicó cómo conoció a los actores principales, “ellos dos trabajaron en un primer corto que hice, en 16 milímetros y en blanco y negro, los conocí a través de Guillermo Feni -que es un actor-, me recomendó a los dos y me cayeron muy bien”. Los actores Vignau y Ferraro ya se conocían por haber trabajado en la película “Como mariposas en la luz”.

“El guión ya estaba bien planteado, hay alguna escena que se improvisó pero en general la película tiene un guión, lógicamente trabajando la escena hay diálogos que tal vez se ablanden, surgen cosas en el rodaje”, comentó Ferraro. “Habíamos visto un corte previo de la película, charlamos algunas cosas después de ver el resultado a mí me generó una extrañeza porque en el momento que ves las escenas te acordás de cosas que tenían que ver con momentos en que se hizo”, expresó el actor Manuel Vignau sobre la impresión que le causó ver la película tras la finalización del rodaje. “Con el producto terminado está bueno, me gusta todo lo que está”, acotó el platense Vignau que inició su carrera actoral en la ciudad de La Plata. Para el compañero en la ficción, el impacto de verse en la pantalla le dejó una fuerte impresión, “a mí ver la película me gustó, el corte final sobre todo, me puedo abstraer y puedo dejar llevar por el relato, y por el fluir de la película sin problemas. Esta película es de las que menos me cuesta ver”.

Lucas Ferraro relató cómo fue la filmación de Plan B, “todo en general en la película fue un clima muy íntimo, es una película que se hizo en 10 días, que ninguno de los que trabajó cobró un centavo por hacerla, todos teníamos un objetivo común y todos teníamos ganas de hacerla. Alguien del Bafici dijo que era una película tan independiente que ni la gente del Bafici se había enterado que existía”. Las risas del público ante una realidad que no significó un obstáculo para el director, todo lo contrario, el bajísimo presupuesto que contó para la realización del filme fue un desafío que llegó a buen puerto.

El filme cuenta la historia de Bruno (Manuel Vignau), que se entera que su ex novia Laura, tiene un nuevo novio, Pablo (Lucas Ferraro). Trata de recuperarla pero no lo logra, ella sólo acepta verse en secreto de vez en cuando. Bruno, no conforme, se acerca a Pablo a espaldas de Laura para tratar de desarmar la pareja desde abajo. Pero descubre una ambigüedad en él. Agarrándose de esto Bruno piensa un plan B, enamorarlo a él que la deje a ella. ¿Es una comedia romántica? Acerca del género de la película, el director Marco Berger comentó que “la gente que sabe mucho de cine trata de buscarle una lógica, entenderla, me dijeron que era de suspenso, -no sé si es suspenso, es comedia romántica- dije yo, cuando la veo de nuevo y la entiendo es verdad que tiene una cosa de suspenso, de esto de atrapar, esa incógnita que parece una estupidez empieza a atrapar al espectador, a trabajar dentro de su cabeza y logra sin querer ser una especie de película de suspenso también porque lo que querés es saber qué va a pasar entre ellos dos”.

Los personajes de Bruno y Lucas en la película, con el correr de los minutos, construirán una relación íntima que pronto los llevará a cuestionar los límites de la sexualidad de ellos aunque no se llegará a una escena completamente explícita. Una declaración de amor por carta que abrirá sentimientos y corazones, donde los espectadores cruzarán los dedos para que el final sea el esperado. “Nos preparamos con Marco hablando de la película, él tenía muy claro que era lo que pasaba, eso nos ayudó mucho”, aseveró Ferraro. Al respecto, Berger expuso su manera de hacer la película, “a mí no me gusta mucho ensayar, casi nunca ensayo y lo que hago es quemarles la cabeza justo antes del plano, los ubico bien, dónde están, qué pasó, dónde están en la película, qué va a pasar, de dónde vienen. El miedo con el ensayo es que salga de un ensayo que no pueda recuperar al momento de prender la cámara”.

Dejó una interesante observación que muestra el oficio del director, como si se tratara de un viejo cineasta, “el otro día me decían cómo hacés para no equivocarte, busco buenos actores siempre, desde el principio, entonces sé que no me voy a equivocar y sé que tampoco ellos se van a equivocar. Después, habrá que buscar la forma. Primero elijo bien con quién voy a trabajar, una vez que ya sé que van a responder, es trabajar, estar en el rodaje y rodar, no volverlos locos”. Plan B es un filme diferente, la forma en que se produjo refuerza esta idea del cronista. “Son formas de trabajar, tampoco me hubiera gustado juntarme con ellos 6 horas, que repitan las escenas, que las hagan delante de mí, a mí no me funciona eso y le da una frescura a ellos y a toda la gente que trabajó conmigo. Hay cosas que pasan en el momento”.

Es una película contemporánea con una temática que, a su entender, no es una película gay, es una comedia romántica. Berger, sin vueltas ni rodeos habló ante el público. “Hay un problema con esto del cine gay -nadie le dice a Trapero que mande sus películas a festivales de temática de cárcel o Ana Katz que mande a festivales de temática de chicas con problemas con los novios- pero como hay festivales de cine gay uno cree que todo lo que pasa, que tenga una historia con un final gay como éste significa que deba ser un cine gay. Yo nunca pensé eso, para mí es una película, cuento cómo veo el mundo y cómo lo entiendo, y resulta que es gay porque soy gay, porque es así, pero nunca le puse una mirada de, qué cosas pueden ser gay o no. Para mí es una película donde dos pibes se conocen”.

Manuel Vignau dejó su impresión, “esta necesidad de encasillarnos para decir esto tiene que ver con esto, que es una cuestión más de mercado, qué alquilo, voy a alquilar una comedia. A mí personalmente me pasa que cuando uno puede catalogar del todo nos tienen que poner en un subgénero nuevo, ¡está bueno! Hay que buscarle la vuelta para catalogar de alguna manera, de hecho después termina diciendo que en realidad pertenece a un subgénero, pero después hay ciertas cosas que no tienen que ver con el subgénero y entonces hay como un error”. Marco remató la respuesta, “yo hice lo que quise, si se parece un poquito a esto o a esto otro, no hago ese cine, hago lo que quiero y si se parece a género, subgénero, si se parece a gay o no gay, genial. La ve como suspenso, la ve como suspenso, la ve como love story también. Es una mezcla de todo, me inspiro en todo lo que veo”.

La película cuenta una historia contemporánea entre dos muchachos de barrio que transcurre en la Ciudad. Un relato que resiste cualquier tipo de encasillamientos, en todo caso, se acerca la cuestión gay a la vida cotidiana. El director remarcó que “la peli tiene eso, es como que el que no conoce lo que podría llegar a ser un gay, tiene tal estereotipo de Gianola que nos vendieron con De Carne Somos, que piensa que todo lo que no es eso no puede ser gay, como no lo asocian, no se dan cuenta que el que tira la bolsa en Manliba capáz que está después con un flaco, no tiene que ver con el trabajo, ni la forma, ni si es gordo o si es flaco, ni si es alto o maricón, tiene que ver con otra cosa, que el deseo pasa por otro lugar. Mucha gente que no es gay, en un punto agradece eso, y el gay muchas veces agradece que se muestre ese otro lado que no siempre se muestra. Parece que el gay es peluquero, diseñador gráfico o de indumentaria, como si hubiera una especie de cliché…”.

En Plan B el sonido ambiente juega un papel muy importante. Berger expresó que “siempre trato de darle importancia a lo auditivo, hay gente que tiene niveles extraordinarios como Lucrecia Martel, que trabaja lo auditivo en las películas y uno se pone a escuchar, es impresionante. Desde esos lugares que uno aprende está bueno pensar qué pasa con la construcción sonora de la película. Lo que quería hacer en esos edificios era una especie… el sonido es como una dragadora, como que algo se está cocinando como por debajo, la imagen sonora que me daba es eso. Algo está pasando debajo, y en el silencio de la soledad, y en el silencio de la cabeza de ellos y de ustedes cuando ven la película. Algo raro hay acá que después desencadena en la película”.

Imágenes y sonido, Marco Berger juega con ellos, “también, esos planos con el sonido los puse porque el espectador ideal que tenía en un punto no era un público culto que entienda y que tenga un amigo gay, sino el que no entienda, el que no sabe, el que viene con la tía y con el sobrino que es gay, primero se horroriza -y casi que no le gusta- entonces le tengo que dar en cuentagotas, no es con una chica que tiene que enamorarse, se tienen que enamorar y encima cambiar de lado”. Agregó que “es demasiado lo que le estoy pidiendo al espectador, le doy todo ese tiempo al espectador para que pueda desear él que pase lo que termina pasando en la película. Cuando al final están juntos casi que lo desea el espectador toda la película y por eso pasa. Si lo muestro rápido tipo comedia, a la mitad de la película se levantan y se van porque dicen yo no quiero ver una de gay; esto no, es cualquiera y se van. Por eso ese tiempo y esa cosa como de mucha meditación en la película. Reconozco que hay películas que a mí me molestan y otras que no. En esta en particular, tiene sus tiempos la película, es verdad, pero estoy haciendo que tu mejor amigo de golpe esté con otro flaco, entonces te tiene que entrar en la cabeza de a poco todo lo que pasa”.

¿Cómo surgió la historia? ¿Cuál fue su fuente de inspiración? Los espectadores tenían inquietudes que quisieron compartir con el director y los actores protagónicos. Respondió el director Berger, “no me inspiré en nada, quería escribir desde un lugar -tal vez- egocéntrico que tengo, como a “El Reloj” que fue mi primer corto le fue muy bien, lo que no quería era caer en repetir, ah esto lo alargo un poco y funciona. Me volqué completamente al otro lado, dije comedia romántica. Desde que pienso comedia romántica agarro todas las comedias románticas que vi en mi vida como estructura, me imagino qué me hubiera gustado que me pase, lo mezclo un poco y escribo este guión donde tiene una estructura de comedia romántica pero de lo que estoy hablando en el fondo es de eso, de cómo dos varones se conocen. La relación de ellos dos nace de ese juego histérico varonil”.

Con una fuerte exposición internacional, la película Plan B recibió la adhesión de los espectadores en los festivales de Londres, Cannes, Roma y La Habana. En salas de cine de Francia el filme tuvo la aceptación del público y de la crítica. En diferentes partes del mundo, Plan B fue editada en el formato dvd. Marco Berger relató con emoción que “estamos muy satisfechos, nos superó lo que pasó con la película porque quería que la película vaya a Bafici, se vea un poco y tuviera una oportunidad de meterme en el Incaa, pero reconozco que en la 3º función de Plan B en el Cine 25 de Mayo (de Villa Urquiza) me puse a llorar, me superaba todo esto que estaba pasando. Todo me superó, desde Bafici hasta hoy. Todo me va superando. A veces digo que la película no la hice yo, se porta mal, hace lo que quiere por ahí y tengo que aceptar todo lo que pasa con la película. Pero me superó infinitamente”.

Lucas Ferraro agregó que “a mí me llegan mensajes por facebook de Francia que se está pasando allá, de Inglaterra, me llegan mensajes de todos los lugares donde se está pasando. Está buenísimo tener esa respuesta inmediata. Lo del Malba es impresionante, estuvo llenando…”. Disparó Berger que “el Malba nos re quiere, porque somos una película éxito en el Malba. Entusiasmado, Ferraro interrumpió al director, “sigue un mes más y si se copan todos, seguimos tal vez otro mes más”. Cerró la exhibición al cabo de cuatro meses con una masiva concurrencia de espectadores, la película prosiguió su marcha por el circuito de cine independiente, lejos de las marquesinas comerciales pero cada vez más aceptado por un público que cree en un cine no sólo como entretenimiento sino también con una propuesta artística. En tanto, desde Berlín, su segunda película Ausente compite en el prestigioso festival de cine La Berlinale 2011 como parte de una legión argentina que desembarcó en Alemania con grandes expectativas. Un egresado del Colegio 19 representa a nuestro barrio por el mundo con su arte y una calidad humana digna de todos los aplausos.






El Campo como principal sector de empleo en negro

Por Diego Sívori.

La venta de granos durante el 2010 superó los 5000 mil millones de dólares y el empleo no registrado en las actividades rurales se sitúa hoy en el 75% y en algunas regiones llega al 90%. Es uno de los sectores de más alta rentabilidad en el país pero es el de mayor nivel de ilegalidad a la hora de emplear mano de obra. Según un informe de agosto del 2010 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación, la informalidad en el sector rural asciende actualmente al 75%, una cifra más que preocupante si se tiene en cuenta que el empleo en negro para todo el país alcanza el 34,6 por ciento.

Además de la precariedad, las actividades vinculadas a la ganadería, agricultura, silvicultura y pesca se caracterizan por ser el sector con menor tasa de regularización en los últimos años, según los datos que elabora la cartera laboral. El sindicato que representa al sector es la UATRE (Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores). Creada en 1947 con el nombre de FATRE, la organización gremial tiene una gran deuda en materia de defensa de los derechos de los trabajadores a los cuales representa. Se calcula que el sector rural emplea 1,3 millones de trabajadores y sólo unos 375 mil están registrados en el ANSES.

Por su parte, un reciente informe elaborado por especialistas del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL), del Conicet, indica que en el sector agropecuario tanto el trabajo no registrado como los demás empleos en situación precaria se han incrementado desde hace dos décadas como resultado de la ampliación y concentración de las explotaciones.

A pesar de que el trabajo rural como tal excluye las tareas rurales de subsistencia, la realidad es otra y a dichas tareas se las consideran como aquellas actividades rurales realizadas bajo distintas formas salariales o no salariales que implican un proceso de trabajo especial. Sin embargo esta tipología de trabajo está en la mayoría de los casos cercana a la esclavitud, y gracias a la ley sobre delito de trata de personas, ley 26.364, vigente desde abril del 2008, el Estado Argentino ha podido penetrar en muchas de aquellas explotaciones que operan de forma irregular.

La regulación es urgente. La actividad agropecuaria argentina registra mayor cantidad de accidentes que la minería, a pesar de ser un sector productivo menos riesgoso. También ocupa el tercer lugar con respecto a los accidentes mortales, después de la construcción y las actividades relacionadas con la electricidad, el gas y el agua.

Los trabajadores rurales están expuestos a las variaciones de las condiciones climáticas, dado que la mayoría de las tareas se realizan al aire libre; al tipo de posturas de trabajo y duración de las actividades que se realizan; al contacto con animales y plantas, con la consiguiente exposición a mordeduras, infecciones, enfermedades parasitarias, alergias, intoxicaciones; a la utilización de productos químicos y biológicos; y a la escasa distancia considerable entre los lugares de trabajo y la vivienda de los mismos.

Desde el año 2003 hasta el primer semestre de 2010 la cartera laboral conducida por Carlos Tomada realizó inspecciones en 11.737 establecimientos rurales de todo el país, lo que arrojó como resultado que en determinadas regiones y actividades puntuales se supere incluso el 75% mencionado para todo el sector agrario.

En su reciente discurso de inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso, la Presidenta Cristina Kirchner enumeró una serie de proyectos de ley que exigió que se aprueben en el transcurso de este año. Entre ellos se encuentra la modificación del Estatuto del Peón Rural, que se encuentra trabada desde junio de 2010 en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados.

La normativa abarca a alrededor de 1,3 millones de trabajadores y, entre otros puntos, busca regular las jornadas laborales, de manera que no excedan las 8 horas diarias ni las 44 semanales, y propone que las remuneraciones, si bien seguirían siendo fijadas por la Comisión Nacional de Trabajo Agrario, no puedan ser inferiores al salario mínimo, vital y móvil que rige para el resto de la economía. A su vez, entre otros puntos, el proyecto sobre trabajo rural establece que el salario deberá ser abonado "aun cuando por fenómenos climáticos no se pudieren desarrollar las tareas en forma normal", y prohíbe las jornadas "de sol a sol".

Así, esperamos que en este año aquel Estatuto del Peón de Campo decretado durante la presidencia del general Edelmiro Farrell en 1943 y luego regulado con la ley 13.020 en 1947, sea modificado en virtud de los derechos de los trabajadores de un sector que viene creciendo a tasa de más del 20% anual, el campo.