Bruzzone señaló que "el término del siglo XXI va a ser el siglo de las guerras por el agua, lo dijo Ismael Serafeldin, ex vicepresidente del Banco Mundial en el año 1997. Entonces, mi libro ha sido dividido en dos partes. El primer tomo es Las guerras del agua y lleva como subtítulo Recurso escaso en peligro. En él, yo trato en la introducción qué es lo que está pasando con el recurso en el mundo a partir de los informes dados por Naciones Unidas por el estado del mismo; de qué manera se van instrumentando los planes de dominio del mismo a nivel mundial por parte de la Comunidad Económica Europea, por parte de los mismos Estados Unidos a partir de lo que sucede con la Constitución Europea o el Tratado de Lisboa o los mismos informes del Pentágono.
También, se plantea cómo es lo que sucede con el agua potable en caso de conflicto bélico, qué es lo que marcan todos los convenios y tratados internacionales sobre este ítem existente. Las convenciones, lo que está estipulado y cómo no se cumplen. Porque existe la legislación internacional para proteger los recursos pero esta legislación es violada sistemáticamente cuando se producen hechos de guerras entre dos o más países".
También, se plantea cómo es lo que sucede con el agua potable en caso de conflicto bélico, qué es lo que marcan todos los convenios y tratados internacionales sobre este ítem existente. Las convenciones, lo que está estipulado y cómo no se cumplen. Porque existe la legislación internacional para proteger los recursos pero esta legislación es violada sistemáticamente cuando se producen hechos de guerras entre dos o más países".
En relación al segundo tomo de la obra, dijo que "también se llama las Guerras del Agua, pero el subtítulo es América, el objetivo más codiciado. Trata sobre la situación de los recursos hídricos en América del Sur; todo lo que es el plan Navajania ideado por Estados Unidos. Todo lo que significa el IRSA, qué es este proyecto de infraestructura, integración regional sudamericana.
¿A dónde apunta? El tema del Acuífero Guaraní, particular reservorio que compartimos Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, es uno de los más grandes reservorios del mundo. El sistema de dominación implementado por Estados Unidos para tener el control de los recursos naturales de nuestra América, como yo digo, tanto en el plano político como en el plano económico y en el plano militar".
¿A dónde apunta? El tema del Acuífero Guaraní, particular reservorio que compartimos Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, es uno de los más grandes reservorios del mundo. El sistema de dominación implementado por Estados Unidos para tener el control de los recursos naturales de nuestra América, como yo digo, tanto en el plano político como en el plano económico y en el plano militar".
En el reportaje, Elsa Bruzzone habló de la situación de los recursos hídricos en la Argentina, "¿Qué pasa con los recursos, tanto subterráneos como sobre la superficie? ¿Qué sucede con la gestión del agua en la Argentina? ¿Cuál es la legislación vigente? ¿Cómo nos manejamos? Y por último, un capítulo final que se llama "Puntos para el debate", en donde planteo algunas soluciones posibles y tiro algunas ideas para ser debatidas y ver desde qué vereda nos paramos para dar la batalla y saber elegir en el presente y para el futuro".
El agua como recurso clave
No hay ninguna duda de la importancia que adquiere el agua como recurso natural estratégico en el nuevo milenio, una referencia que sostuvo la investigadora en su charla, "con el tema del agua se está hablando del fin del petróleo, la escasez del petróleo y del agua como un futuro reemplazante en relación a la utilidad económica del agua, entendiendo el agua como mercancía en este caso. ¿Qué es lo que está pasando en el presente en relación a los conflictos que se están desatando por el agua? En el presente hay muchos conflictos por el agua. Hay uno que lleva 60 años de vigencia y es el conflicto entre Israel y los países árabes, que tiene que ver con el tema del agua ya que como para Israel el agua es un tema de seguridad nacional, aspira a quedarse y controlar todas las fuentes de agua que comparte con sus vecinos: con Siria, con Palestina. Esto es inconcebible pero esto es lo que se está jugando".
Para la Argentina, el denominado Acuífero Guaraní reviste una importancia central a la luz del significado adquirido por el recurso líquido en los tiempos que se avecinan. "El plan para Estados Unidos es el control de todo lo que es la Amazonia y también es el control del Acuífero Guaraní. Para poder terminar de acceder al control de estos recursos, lo ideado a través del Plan Colombia y de la Iniciativa Regional Andina que, bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, le ha permitido ir sembrando bases militares en todas las fronteras amazónicas. Brasil ha denunciado la existencia de más de veinte bases militares a lo largo de la frontera. Ligado a esto están las presiones para con el gobierno argentino, para la instalación de una base militar en el sudoeste de la provincia de Misiones, o más propiamente, en la zona de la triple frontera, porque con eso cerraría el cerco".
Acotó Bruzzone que "nosotros tenemos al Banco Mundial realizando las investigaciones y las exploraciones desde el año 1998 por decisión de los gobiernos de la región, a través del Departamento de Fondo para el Medio Ambiente, que es un departamento del Banco Mundial. El Banco Mundial tiene su sede en Washington y sabemos quién nombra al Director del Banco Mundial y quién financia a nivel mundial. Así, que hay en el Banco Mundial una serie de agencias y organizaciones de los países del Primer Mundo realizando todas las exploraciones. Por lo tanto, hay información a la que accedemos y hay información a la que no accedemos. El concepto sigue siendo el de creer que es una mercancía y están buscando la mejor manera de poder hacer una explotación comercial del recurso por parte de las trasnacionales, a las cuales se adhiere el Banco Mundial. Porque el Banco Mundial es aliado de todas estas trasnacionales del agua".
El paradigma dominante
Elsa Bruzzone, por último, expuso su punto de vista acerca de lo que hay que hacer para evitar todo esto y para que los recursos naturales no sean tomados, no estén tomados como mercancía y no sigan en manos de empresas multinacionales con la complicidad de los distintos gobiernos de turno. "Yo siempre digo que esta es una batalla que, si bien se libra en el campo de las ideas, también se libra en el corazón, en la conciencia y en el alma de cada ser humano. Acá lo que hay que tener en claro es que hay dos culturas, dos concepciones que se están enfrentando. Una para la cual la vida humana, la vida vegetal, la naturaleza, el planeta, el agua potable son mercancías, objetos, cosas que se venden y se compran en el mercado de acuerdo a las leyes de oferta y demanda del mismo".
"Yo la llamo cultura de la muerte porque lleva al suicidio de la especie humana y también comete asesinato porque mata vida animal, vegetal. Mata al planeta, mata a la naturaleza y también mata a los seres humanos y cuyo nombre lo voy a decir ya mismo, es el capitalismo. Es el capitalismo que no se va a humanizar nunca porque está basado en la explotación del ser humano por el ser humano y está basado en el concepto de que el ser humano no es un sujeto sino que es un objeto. Entonces, para mí con eso no hay ni presente ni futuro. Por eso, lo llamo futuro de la muerte. Y frente a esto, una cultura que dice que la política y la economía tienen que girar alrededor de la vida; que no hay dinero en el mundo que pueda pagar una vida humana, de la vida vegetal, de la vida animal, de la naturaleza. Que son bienes que nos han sido dados para ser gozados y disfrutados pero cuidándolos y preservándolos para poder ser disfrutados por las generaciones venideras", argumentó la escritora.
En el cierre de la nota, afirmó que "creo que con esta cultura sí hay presente y sí hay futuro. Por eso, creo que la batalla pasa por el interior de cada uno de nosotros, en cada ser humano que habita en el planeta. A nivel de conciencia, de corazón y de alma tenemos que decidir en qué vereda nos paramos para dar la batalla para ver si tenemos presente y futuro. Yo estoy parada en la vereda de la cultura de la vida, sin ninguna duda. Además, sé que estoy en la vereda correcta porque estoy absolutamente convencida que estoy cumpliendo el mandato que le fue enviado a nuestros ancestros hace siete millones de años, que es la fecha hasta hoy, cuando hombres y mujeres comenzamos a ponernos de pie para caminarlos juntos y empezamos a ver este maravilloso creciente que somos los seres humanos ahora. Ese mandato que también lo tienen los animales. Fue asegurar la preservación y la supervivencia de la especie humana en armonía con la naturaleza. Entonces, esta es la madre de la batalla. Para poder cambiar el país, para poder cambiar la región, para poder cambiar el mundo, tenés que cambiar vos primero”.
Sergio Fernández.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario