La muerte de Néstor Kirchner: reflexión de Diego Sívori

Rumbo Reforzado

Por Diego Sívori.

Nestor Carlos Kirchner fallece el 27 de octubre del 2010 y deja como legado un modelo de país inclusivo, una nueva política y una nueva forma de debate en  las Provincias Unidas del Río de la Plata. Con una Plaza de Mayo colmada de miles de personas, el país despide a uno de los principales líderes políticos de la historia argentina. Un acontecimiento único luego del deceso del General Perón el  primero de julio de 1974.    

En aquellos tiempos el peronismo culminaba dejando un país agitado, una escalada de violencia creciente, una situación económica ajustada y una vicepresidenta con escasos márgenes de maniobra. Frente a ello hoy la partida del ex Presidente deja un país con un crecimiento del nueve por ciento anual, un alto grado de institucionalización y debate, y la más plena confianza de la sociedad argentina en su presidenta y en la fortaleza de conducción de la misma.

En las últimas horas habitantes de la Capital Federal, del conurbano y del resto del país se han acercado a reforzar  su compromiso con el modelo de país y conducción de la política que se inicio en 2003 y que promete, según las encuestas, doblar la apuesta en el 2011. Los resultados son los que marcaron este compromiso. Con aciertos y errores las medidas que se vienen ejecutando esbozaron  y lo siguen haciendo una agenda distinta de cómo entender la conducción de un país, una agenda nacional y regional. Sin mirar a las grandes potencias y reconociendo la potencialidad de los recursos nacionales y de la unidad del pueblo latinoamericano, la Argentina viene creciendo a pasos agigantados en materia de derechos humanos, participación ciudadana, crecimiento económico, integración regional y lo más importante, distribución de la riqueza.

La oposición se encuentra desarrollando en este momento  nuevas estrategias políticas ante el cambio de escenario, e intentará seguramente insertar en la población un discurso de debilidad gubernamental por parte de Cristina Fernández de Kirchner como una posible acefalia política. Pero primero tendrán que analizar el gran acompañamiento del pueblo argentino en la partida del ex mandatario y metabolizar una nueva arena política donde la contrincante es la actual Presidenta de la Nación, que cuenta con una imagen positiva en aumento. Redoblando la apuesta al rumbo marcado por su marido en el 2003, el modelo es sólido y su conducción parece estar garantizada.