APICELLA: Claudia Apicella. Profesora de Historia y Educación Cívica de este colegio, al que quiero entrañablemente.
RODRÍGUEZ: Yo soy Analía Rodríguez. Soy profesora de Ciencias Políticas, Jurídicas y Sociales, en el Colegio 19, profesora de Educación e Instrucción Cívica.
MASCHI: Yo soy Adrián Maschi, soy ex alumno del Colegio Luis Pasteur y profesor de Historia. Actualmente ejerzo la vicerrectoría del colegio.
CLAUDIO: ¿Qué pasaba en las Provincias Unidas del Río de la Plata en la época de la independencia?
APICELLA: La situación de las Provincias Unidas, lo que hoy es Argentina, era muy difícil. No solamente la situación de las Provincias Unidas sino de toda América era tensa. La Restauración Borbónica había llevado a una fuerte reacción de la metrópoli de España contra todos los movimientos independentistas y liberales de América. La única revolución que seguía en pie, a pesar de las dificultades, era la del Río de la Plata.
En un contexto externo muy difícil, del resto de las incipientes Repúblicas, hay una decisión que será trascendental para nuestra Nación y para el resto de América. Es la decisión de los congresales de muchas provincias de la Unión de declarar la independencia en la ciudad de Tucumán. Yo diría que, sin dudas, es una decisión fundacional que está unida a otra, muy importante, que nos ligará para siempre al destino de América: El plan continental de San Martín. Es importante a la hora de pensar sobre el 9 de julio, no solamente se piense en la declaración de la independencia, sino que debe vincularse con el sellar esa independencia en el terreno militar y político, como lo hizo José de San Martín.
CLAUDIO: ¿Cuál es el significado o el valor jurídico que tuvo esa independencia frente a la potencia colonial que era España?
RODRÍGUEZ: En realidad, conmueve el hecho de que sea una declaración formal, en espera al reconocimiento internacional. Significó un antes y un después desde el punto de vista formal, y no es exagerado celebrarlo.
MASCHI: Formalmente, tenés desde 1812, con la Logia Lautaro ya funcionando, y más tarde la Asamblea del Año XIII, una independencia. Ambas hicieron mucho más por la independencia que el Congreso de Tucumán. Me refiero a tener Bandera e Himno Nacional.
CLAUDIO: Un hecho que después traería aparejado consecuencias en la historia posterior de la Argentina. Ya conformado el Estado Nacional, aquella alianza con los ingleses…
MASCHI: En realidad, no es una alianza. Rivadavia firmó un tratado con Inglaterra para el reconocimiento oficial del Estado, del libre comercio… Pero, mientras tanto, la relación comercial ya existía y lo que se hizo luego fue formalizarla en la parte política.
APICELLA: De todas maneras, este es un hecho trascendente en nuestra historia, y que es poco lo que podamos hacer en conmemoración de esta gesta, porque entiendo que romper el orden colonial ha sido la suma de muchas voluntades, de decisiones políticas, de ideas… Es difícil que una historia confluya con todas estas cuestiones necesarias para romper el orden colonial que se resquebraja con el Acta de Independencia. Pero, después se debe desandar todo un camino, de lo que es la lucha con los grupos de poder que persisten. Comienza así una lucha entre intereses para poder construir un orden revolucionario. Pero, la herencia colonial siempre está presente en, por ejemplo, la organización económica o la manera de repartir las tierras.
Siempre hubo dos vertientes en la historia argentina. Una que tenía la vocación, el deseo y las ideas para construir un orden social más justo, que vaya más en profundidad con la ruptura del orden colonial. Y, había una corriente que pretendía que los privilegios y los intereses que antes tenía la metrópoli, pasen ahora a estos grupos de poder. Esa lucha que se dio en 1816 se sigue dando en la época actual.
MAXIMILIANO: ¿El objetivo era sinceramente declarar la independencia o había discusiones entre las provincias acerca de si era necesario hacerlo?
MASCHI: En el Congreso, la discusión pasaba más por qué hacer, después de declarar la independencia.
APICELLA: Acá lo que empieza a emerger es la gran discusión acerca de la organización política de este nuevo Estado, y detrás de aquella discusión, está el tema de cuál va a ser el perfil económico que van a tener estas Provincias Unidas. Vamos a tener un matiz que desemboca en una cruenta Guerra Civil por la discusión entre si hay libre cambio… si hay proteccionismo económico… si privilegiamos las economías provinciales o el comercio libre con Inglaterra; sobre todo, el tema de la Aduana y el Puerto.
Toda esta cuestión de fondo, traducida en términos políticos, en un gobierno centralizado o en un gobierno donde se respeten las autonomías provinciales, es la que va a llevar a la prolongación de la Guerra Civil.
CLAUDIO: Tenemos que suponer entonces que era fuerte la disputa entre quienes querían un destino común de América y, nosotros, por otro lado. ¿Qué pasaba con los otros procesos en Venezuela, Colombia, Perú? ¿Había algún tipo de contactos? ¿En el Congreso se pensaba en eso?
MASCHI: Contactos… tenés, San Martín y Bolívar que se encuentran en Guayaquil, porque ya hay algo preacordado de qué hacer. En el Caribe, ya hay declaraciones de independencia desde antes. La primera República independiente de América es Haití.
CLAUDIO: ¿Qué pasaba con los distintos sectores de la sociedad de 1816? ¿Tenían algún tipo de participación respecto al Congreso de Tucumán?
MASCHI: Es que la inmediatez del debate que tenés ahora no lo tenías en aquella época. Te enteraste cuando ya pasó.
APICELLA: De todas maneras, hay que pensar que San Martín no cruzó los Andes solo. Cuando uno habla de la participación y la confluencia de voluntades hay que dimensionar que los canales y niveles de participación era otros. Por ejemplo, si en unas tertulias algunas damas de honor sacaban información para dársela al ejército de San Martín, eso era muy valioso. Estos eran los distintos niveles de participación. Acá, lo que hay que pensar es que es imposible que un proceso revolucionario se lleve a cabo solamente porque se le ocurrió a un general o a un genio político.
MASCHI: Además, éste es uno de los pocos Congresos de la época en el que las provincias tienen representantes. Porque, en general, cuando los Congresos se hacen en Buenos Aires las provincias le pagan a alguien de la Capital para que represente a las provincias.
MAXIMILIANO: ¿Cuál es la reacción en España luego de que acá se declarase la independencia?
MASCHI: Nuestra independencia es como un síntoma para España. Su reacción, es empezar a enviara ejércitos a nuestro territorio. Además, los españoles atravesaban conflictos internos luego de la restauración del absolutismo y la vuelta de Fernando VII al trono.
APICELLA: Igualmente la decisión es abortar el proceso revolucionario nuestro, y para eso, cuentan con el apoyo de muchas monarquías europeas.
CLAUDIO: Pero, en Inglaterra encontraron la veta a nuestra independencia y hubo un rápido reconocimiento.
APICELLA: Coincido con el profesor Maschi que el tema de la independencia, a partir del treinta, se construye de una cuestión más de la historia militar. Esto refiere a las dos vertientes en la historia argentina, los procesos políticos hacen más hincapié en la cuestión militar, o en la cuestión política. Pienso que deberíamos volver un poco a la cuestión americanista que tiene esta declaración de independencia de las Provincias Unidas del Sur, y también a la cuestión festiva. Porque, también hay una cuestión respecto a las fechas patrias cargadas con respecto a la muerte, cuando uno en realidad está celebrando el sacrificio realizado, y esto es un motivo para celebrarlo mediante el reencuentro con el pasado y con esos hombres, y del plebiscito que uno hace, de querer seguir siendo lo que somos, y esa disposición a hacer los sacrificios que haya que realizar.
MAXIMILIANO: Y, hoy en día, ¿es posible buscar políticamente esa unión americanista?
APICELLA: Yo creo que es posible e imprescindible…
RODRÍGUEZ: Yo creo que, además, es la única alternativa. No se puede separar la idea de mantener una declaración de independencia vigente de la integración regional.
MAXIMILIANO: Y, en el MERCOSUR, ¿se ven representadas esas ideas?
APICELLA: Creo que en este momento, el MERCOSUR está volviendo a sus orígenes. El MERCOSUR fue, para mí, una gran idea de Alfonsín que, después el menemismo y en sociedad con los gobiernos neoliberales que tuvieron estos países que fundaron esta organización económica, lo sepultaron o lo dejaron limitado a una cuestión gerencial entre empresarios de cada uno de los países. El MERCOSUR se convirtió en un instrumento de los poderes económicos de cada país que se repartieron la producción. Pero, ahora está volviendo a su génesis, que es una integración económica, política e institucional entre los países de América, y los que se le han sumado recientemente. Este es un momento importante donde hay que poner mucha inteligencia para poder resolver el tema de las asimetrías. Brasil y Argentina tienen que hacer un esfuerzo histórico para poder resolver este problema porque, de otra manera, los países más pequeños desde su potencial económico, se van a ver obligados a salir eyectados hacia otros mundos económicos, lo cual nos haría perder una oportunidad histórica. Yo apuesto a que los países que tienen economías más fuertes dentro de esta alianza hagan todo el esfuerzo, para que se resuelvan esas asimetrías y avanzar en la construcción de organismos que institucionalicen esta idea genial de la integración americana.
MASCHI: El problema del MERCOSUR es un problema de origen. Las palabras tienen más valor de lo que uno piensa y el MERCOSUR es un mercado, por definición. Al margen que las épocas cambian, se le puedan asignar otros valores.
APICELLA: Yo creo que, en los hechos, hay una redefinición porque hay un avance hacia otras cuestiones que no son sólo las del mercado. Un mercado orientado hacia una cooperación es una cosa, y un mercado orientado al beneficio de cuatro, es otra cosa diferente. Yo siento que, con mucha dificultad, hacia ese rumbo estamos yendo. Por eso, es muy importante que los pueblos tengamos una conciencia ética, crítica y autocrítica para acompañar estos procesos porque no es fácil. En este momento hay gobiernos en América Latina que, hace cuatro o cinco años, eran impensables, y las dificultades no son pocas.
MASCHI: Y del margen de posibilidades del que hablábamos antes… si no se prueba, no se sabe si es posible.
CLAUDIO: Ya nos estamos acercando al Bicentenario de la Revolución de Mayo, y toda una serie de discusiones se van a dar en toda la Argentina. En el 2007, si miramos hacia atrás, ¿qué valor le damos a la Declaración de la Independencia? ¿Dónde estamos ubicados y qué nos faltaría completar?
MASCHI: Es como que, la independencia política formal ya la tenés. Estás representado en todos lados. Es la misma historia de siempre… pasa por lo económico, lo cultural. Es políticamente incorrecto ir en contra… si lo mirás desde el punto de vista de la formación de la cultura americana, ir en contra de la globalización es correcto, pero si lo mirás desde las tendencias globales es incorrecto. Entonces, ¿cómo hacés para lograr la integración sin resignar la independencia?
APICELLA: Que se acerque el respeto a la dignidad del hombre, que no falte salir del analfabetismo para construir una conciencia ética y autocrítica, que no falte la conciencia más solidaria que en algún momento de la historia estuvimos más cerca de acariciarlas. Esto nunca se posee en su totalidad.
CLAUDIO: Si tuvieran que dirigirse a los chicos, ¿qué les dirían sobre este tema de la independencia?
APICELLA: Creo que el error es pensar que nos estuviéramos dirigiendo a los chicos, porque lo que estamos diciendo y escuchando es lo mismo que decimos en el aula todos los días.
RODRÍGUEZ: El refuerzo de la confianza hacia las instituciones. La idea de que son mejorables, son perfectibles, son valiosas. La institución es el lugar de la Constitución; y esto de la organización va más allá de todos aquellos personajes y de los nombres de turno.
CLAUDIO: Finalmente, si quisieran cerrar con unas breves palabras cada uno de los invitados, sobre este tema que parece que los medios debieran respetar un poquito más…
APICELLA: Bueno, yo digo que siempre es grato ver el crecimiento de los ex alumnos y de los que todavía están en la Escuela; la curiosidad, la sensibilidad y la búsqueda de la posibilidad de pensar en estas cuestiones. Yo agradezco a Claudio y a los chicos la iniciativa.
RODRIGUEZ: Yo, a lo que dice Claudia, le agrego la fiesta de escuchar a mis compañeros, de poder compartir un momento que vale la pena.
MASCHI: Yo digo que, de a poco, estamos patinando hacia eso que tanto deseamos. Es muy importante mantener un sueño, e ideales firmes.
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