Por Sergio Fernández
Es interesante marcar como punto de partida de la política de Onganía, la noche de los Bastones Largos, en el año 1966, donde el dictador ordenó la represión y el desalojo de docentes y estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Este acontecimiento no menor, da las bases de lo que sería la política de este gobierno de facto en contra de la autonomía universitaria, la libertad de cátedra y silenciar la crítica a aquel gobierno.
Corría el año 1969, cuando el Poder Ejecutivo Nacional, decretó que se derogaban los regímenes especiales sobre el descanso del sábado inglés en Mendoza, San Juan, Tucumán y Córdoba. Al mismo tiempo, también anunció el congelamiento de los convenios colectivos y de los salarios.
La ciudad de Córdoba, una de las más industrializadas del país, se convertiría en la barricada de la resistencia a las medidas del Poder Ejecutivo. El barrio Clínicas de esa ciudad fue la escena más fuerte del movimiento de obreros y estudiantes que reunió el Cordobazo.
La rama estudiantil de aquel movimiento se destacó por su crítica al modelo de enseñanza que estaba impuesto en aquel momento, lejos de las idealizaciones, se distinguieron por la protesta ante los profesores que más representaban este status ante la falta de calidad de sus conocimientos, la desactualización en las áreas de las ciencias naturales, la falta de pluralismo en los discursos, su autoritarismo en la relación docente-alumno.
Los obreros respondieron a estas medidas con sucesivos paros, que serían seguidos por una secuencia de paros activos, que consistían en salidas de las fábricas y manifestaciones en la vía pública, que llevaron a enfrentamientos con la policía.
Las dos CGT y el Sindicato Luz y Fuerza, SMATA –Sindicato de los Mecánicos de Automotores y Transportes de la Argentina- junto con la UTA –Unión de Tranviarios de Automotor- convocaron a una asamblea general, que determinó el paro general.
El día 29 de mayo, el movimiento de obreros y estudiantes, tuvo su máxima expresión en las calles de Córdoba. Ongania ordenó la represión a los manifestantes, lo que trajo cientos de detenciones, decenas de heridos y más de 10 muertos.
La manifestación fue la culminación de aquella Reforma universitaria del año 1918, de las protestas estudiantiles y las demandas de mayor presupuesto, junto con el movimiento obrero que crecía, al ritmo del crecimiento de la industrialización.
Cabe mencionar, la gran repercusión del movimiento originado en la provincia de Córdoba, que luego se reflejaría en el “Rosariazo”, dirigido por estudiantes universitarios, a partir de la falta de presupuesto, las sucesivas marchas en las provincias de San Juan y Mendoza, para destacar los centros mas conflictivos.
La respuesta a partir de las demandas de los sectores burgueses, fue el decretamiento del Consejo Especial de Guerra que juzgaría sumariamente a quienes "atentaron contra el orden y la seguridad públicas", estos fueron aplicados a los dirigentes obreros, Agustín Tosco, Elpidio Torres y Atilio López.
40 años transcurrieron de aquel movimiento popular, en el que estudiantes y obreros se rebelaron ante una política de Estado que apuntaba a reducir la movilidad social y desmantelar la educación pública.
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