A 30 años de la puesta en marcha de una de las más importantes experiencias de comunicación alternativa y de la muerte de su creador Rodolfo Walsh, un repaso por su rica historia. Cuando la casa donde funcionaba la Redacción fue interceptada, definió alguna vez Carlos Aznárez -integrante fundador de ANCLA-, “pensamos que ya sabían quienes éramos, pero no, sólo tenían el nombre de un compañero y su compañera que en un acto de valentía nos habían salvado la vida a todos impidiendo con una trampa para ellos y una simple confusión de palabras para nosotros que entráramos allí cuando los militares llegaron”.
Días más tarde, volvieron a aquella casa donde habían montado la redacción con las máquinas de escribir, un gran archivo, los mimeógrafos y un mapa del país donde estaban marcados los centros clandestinos de detención, entre otras cosas. Allí, unos meses atrás, los posteriores a marzo del año 1976, habían comenzado a construir su elemento de lucha ante el cerco informativo que instauró el golpe de Estado.
Al llegar a la casa la observaron desde lejos como era costumbre, no había nada inusual, ningún movimiento fuera de lo común, se habían ido, en un gran operativo entraron allí. Lograron rescatar las cosas más importantes, entre ellas, el archivo que no habían encontrado los militares.
En aquel momento -para su sorpresa- cuando estaban bajando las escaleras para retirarse del lugar, un grupo armado los esperaba, ellos pudieron escapar. A partir de aquel momento, se puso en marcha el Plan B, que ya estaba preparada la descentralización, se separaron en varias casas en cada una de ella funcionaba una redacción, la impresión con el mimeógrafo de alcohol se realizaba durante algún tiempo en un local que aparentaba funcionar en otro rubro, o iba rotando, el archivo se dividió en partes.
ANCLA (Agencia de Noticias Cadena Latinoamericana)
A pesar de las complicaciones que implicó la descentralización, la constancia en la entrega de la información por parte de la Agencia continuó siendo la misma, funcionaron como de manera tradicional, tuvieron un horario normal, el estilo de los cables era el usual, respetaba los cánones de cualquier agencia informativa, respetaron el titulo y la información más importante en el primer párrafo.
En cambio, a diferencia de otras agencias, tuvieron una particularidad los cables, no se rellenaron, poseían la información justa, los despachos más extensos llegaban a una carilla y media; a excepción de algunos despachos que se realizaban de manera especial, que ya abarcaban una investigación mayor, se realizan de manera periódica ante algún aniversario, o por ejemplo, la represión hacia los periodistas. A la hora de obtener el material en base al cual realizaban sus cables, cada entrevista, el chequeo de la información que llegaba de manera misteriosa, o mismo de los diferentes informantes y colaboradores desde los barrios, o los corresponsales que transmitían acerca de los despidos en las fábricas significó para ellos la posibilidad de ser encontrado.
Expusieron su propio cuerpo para darle fin a la desinformación. Pusieron en marcha un proyecto de obtención de la información que estuvo constituido por distintos canales que iban más allá de los tradicionales documentos que "leían entre líneas" de los mismos militares y las escuchas, de las colaboraciones usuales de los periodistas que se encontraban en los medios masivos, los contactos o las mismas personas de las fuerzas que estaban asqueadas de lo que estaba pasando, sino que gran parte de esta experiencia se consolidó debido a la apertura de un nuevo canal de participación popular.
Desde aquel día en el que lograron escapar del operativo, se evidenció el inicio de una represión que a medida que avanzaba el año también aumentaba, cada vez era menor el margen que tenían para retransmitir la información en el ámbito local los periodistas. Las muertes y las desapariciones fueron cada vez mayores. Fue a partir de allí que comenzaron a plantearse la posibilidad de trasladarse al exterior.
Finalmente, el último cable de ANCLA salió hacia fines de agosto del año 1977, pese a las intenciones de montar la Agencia en el exterior este proyecto no se concretó debido a que gran parte del grupo humano que compuso la casa en un primer momento había sido secuestrado, dos compañeros, entre ellos, Rodolfo Walsh, que había volcado en la Agencia para su buen funcionamiento gran parte de sus conocimientos adquiridos cuando creó Prensa Latina en Cuba; y en otros casos, que el exilio estaba muy cerca.
Micaela del Gaudio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario